LLEVAN PENSANDO...

SÍGUEME EN TWITTER

sígueme en facebook

SÍGUEME EN INSTAGRAM

Ver esta publicación en Instagram

@de3en3_murcia #postres #tartadequeso #algodondeazucar

Una publicación compartida de El pensador (@elpensadorcompulsivo) el

17 de octubre de 2010

NO TE TOMES LA VIDA TAN EN SERIO

Hola, me llamo Murphy, a algunos quizá os suene mi nombre aunque tampoco he hecho nada extraordinario para la posteridad. Soy un tipo normal, muchos dicen que soy pesimista, yo creo que no, tan solo me gusta reflexionar sobre los infortunios que ocurren para luego aplicar las enseñanzas cosechadas a mi vida diaria. Esto que os relato a continuación no tiene nada de especial, es otro día más en la rutina de mi vida que, quién sabe, podría ser la tuya…

Aquella mañana comenzó como todas las demás, segundos antes de que sonara el despertador ya lo estaba apagando, seguro de que el día que se me olvide activarlo quedaré preso de un profundo sueño que hará que llegue tarde al trabajo.
Me dirigí al baño con urgencia, posiblemente la noche anterior había tomado algo que no me había sentado bien. Todas las mañanas, mientras espero a que salga mi mujer del aseo reflexiono ante la puerta sobre el tiempo que dura un minuto,  y llego a la conclusión de que todo depende de en qué lado de la puerta te encuentres.
Al entrar en el baño lo primero que hago es mirarme al espejo y comprobar la relatividad de las cosas, un solo pelo en la cabeza es muy poco y uno en la sopa es demasiado. Prefiero  la ducha al baño ya que todo cuerpo sumergido en la bañera hará sonar el timbre de la puerta y tengo por seguro que mi mujer no estará ahí para abrirla. Lo que no pude evitar es la ley inexorable que afirma que todo cuerpo sentado en el inodoro hará que suene el teléfono.
Aunque la hora en la que sonó hacía presagiar que se debía tratar de algo importante, me acerqué lentamente hacia él, puesto que si vas corriendo hacia el teléfono llegarás justo a tiempo de oír como cuelgan. Era mi jefe que de muy mal humor me requería en la oficina antes que de costumbre.
Siempre me pongo la misma ropa para ir al trabajo, la peor que tengo, la probabilidad de que te manches comiendo es directamente proporcional a la necesidad que tengas de estar limpio (sobre todo si vas de estreno).
Puse el vídeo a grabar, sólo habían dos programas en la televisión que merecieran la pena, y como suele ser habitual los dos a la misma hora. Y cuando te decidas por uno, justo en lo más interesante recibirás la llamada de teléfono más larga de tu vida.
Salí de mi casa con sumo cuidado, la única vez que la puerta se cierra sola es cuando hayas dejado las llaves dentro y a veces cuando llevas una mano ocupada y necesitas abrir la puerta, las llaves irremediablemente estarán en el bolsillo opuesto.
Se estaba haciendo tarde, me hallaba ante un gran dilema pues tenía el coche en el taller, ya que había tenido un accidente, el cual me iba a costar un dineral puesto que el seguro lo cubre todo menos lo que te ocurre a ti.
Hace mucho tiempo me compré una moto, por lo del tráfico, el aparcamiento y esas cosas, pero dejé de usarla después de que en la primera vez que fui a echar gasolina, cuando estaba la gasolinera más llena de gente que nunca, me dejara puesta la manguera en el depósito y arrancara. Todo el mundo me miraba atónito mientras yo les gritaba amenazante: ¿qué pasa, no habéis visto hacer esto nunca en la Fórmula 1?. No la volví a tocar, además siempre me acuerdo de las sabias palabras de mi mujer: “La velocidad del viento siempre será proporcional a lo que te haya costado el peinado”.
Desistí de la idea de ir en autobús, cuanta más prisa tengas en llegar a un sitio, más tarde pasará. Además, yo quiero morir como mi abuelo, durmiendo plácidamente, y no gritando desesperadamente como los 50 pasajeros del autobús que él conducía…
Así que finalmente decidí ir en taxi a pesar de que un taxista siempre te llevará por el camino más largo. Ya no sé si preocuparme o no cuando llego tarde a los sitios, la puntualidad es relativa, siempre que llegues puntual a una cita no habrá nadie allí para comprobarlo, sin embargo cuando llegues tarde estarán todos ahí y quedarás en evidencia.
Finalmente llegué a la oficina, cada vez que entraba en ese despacho se me iba la mirada hacia aquel maldito cuadro abstracto, de tanto observarlo había llegado a la conclusión de que cualquier idiota puede pintar un cuadro y sólo un genio es capaz de venderlo por una millonada.
Allí estaba mi jefe, seriamente enojado, con una mirada desafiante clavó sus ojos en los míos. Yo rápidamente reaccioné gritándole, siempre se ha dicho que si mantienes la calma cuando todos se alteran sin duda no has captado la gravedad del problema.
Cuando contemplé asustado las increíbles proporciones que adquiría la vena de su cuello me acordé de los consejos de mi padre, de profesión trapecista, que siempre me decía: “cuando estés en el borde de un precipicio sólo hay una forma de ir hacia adelante: dar un paso atrás”. Entonces intenté cambiar mi actitud y escuchar lo que me tenía que decir.
Según él había colocado a la empresa en una situación insostenible, puesto que me habían acusado de plagio por haber tomado prestadas unas ideas de otras entidades, a lo que yo me defendí argumentando que robar ideas de una persona es plagio y robar de varias es investigación. Además le expliqué que errar es humano, persistir en el error es americano y dar en el blanco es musulmán, claro que no recordé la procedencia árabe de toda su familia… Los interminables tres segundos que necesitó para procesar en su mente todos mis argumentos fueron mis últimos en la empresa.
Lejos de marcharme con la cabeza baja, puse en práctica las enseñanzas adquiridas por mi padre en el trapecio: “Cuando te arrojen una piedra, cógela, haz un escalón con ella, súbete a él y verás todo desde una perspectiva más amplia… entonces hazte con otra piedra y tírasela a la cabeza”, eso fue lo que hice, aunque esta vez sólo tenía a mano una descomunal grapadora de hierro. Nunca había visto tanta sangre junta desde Kill Bill.
Acto seguido recogí mis cosas en la típica caja de cartón de las películas americanas y me fui tranquilo a casa consciente de que los problemas ni se crean ni se resuelven, sólo se transforman.”

MORALEJA: No te tomes tan en serio la vida, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella. Sonríe, mañana será peor…

2 comentarios:

  1. O si, mañana sera mucho peor cuando te empieces a preguntar donde dejaste la caja tipica americana con tus cosas personales despues de que se te cayera la copa, que estabas tomando para aliviar las penas, por todo el pantalon... Cosas que pasan....

    ResponderEliminar
  2. Esto da para el guión de una película, jeje.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails
 
ir arriba