Imaginaos que al entrar a un supermercado nos detuviese un guardia jurado con el propósito de obligarnos a pagar una cantidad por si acaso tuviéramos la intención de sustraer algún producto en su interior. Nos indignaríamos ¿no?. Esta actitud supondría una ilegalidad y un atentado contra los derechos fundamentales de cualquier persona, nunca podría darse.
Bien, pues algo similar sucede diariamente en España con el tema del “canon digital” con la salvedad de que el guardia jurado del ejemplo no es otro que la tan temida SGAE, sólo de oír estas siglas se me ponen los pelos de punta… Y es que está muy bien eso de que hay que proteger la propiedad intelectual, pero creo que la actuación del equipo de "iluminados" que se oculta detrás de estas siglas está siendo cuanto menos desproporcionada, brindándonos a menudo situaciones verdaderamente esperpénticas como los ejemplos que a continuación os relaciono:
- Exigieron 95 euros a un instituto de la Coruña por la representación “gratuita” de “Bodas de Sangre”.
- Tuvieron el valor de pedir parte de la taquilla de un concierto benéfico (sin cobrar nada) de David Bisbal a beneficio de un niño con una enfermedad neurodegenerativa.
- Han llegado incluso a denunciar a peluquerías argumentando que “utilizan la música para hacer más agradable la estancia y el trabajo de los que están allí”. Por ello las peluquerías catalanas hace un tiempo organizaron una iniciativa en la que aconsejaban a sus clientes ir a dichos establecimientos con la música “puesta” de casa, pero eso sí, original. Yo desde aquí propongo otra cosa, ¿por qué no vamos todos a cortarnos el pelo a casa de algún artista de los que salió en las últimas elecciones haciendo el “gesto de la ceja”? o mejor, ¿por qué no les cobran el doble a los cantantes en las peluquerías?, su peinado lo va a ver mucha gente ¿no?. De continuar esta situación a uno le va a dar miedo hasta de cantar en la ducha...
Además de todo esto, los esbirros de esta asociación han sido capaces de “colarse” en bodas para realizar grabaciones, cual agentes secretos, para poder demostrar que se estaban utilizando canciones “protegidas”, o de espiar en autobuses para comprobar que el conductor está poniendo "material prohibido" a sus pasajeros.
Pero eso no es todo, por si fuera poco resulta que cada vez que vas a adquirir un cd, dvd, memoria usb o grabador de cualquier tipo el precio lleva incluido un canon por el cual estás pagando la “posibilidad” de que hagas una copia de un contenido protegido por derechos de autor.
Y digo yo, si me compro un cd para grabar las fotos de la comunión de mi sobrina, ¿también tengo que pagar el canon?. Y las empresas, por comprar una fotocopiadora para realizar su trabajo habitual, o un dvd para cualquier uso corporativo, ¿también están robando?.
Me atrevería a decir que con esta medida hemos retrocedido muchos años en los progresos de nuestra democracia y el término “fascista” tan usado por algunos últimamente, se le podría añadir como calificativo.
Finalmente la Unión Europea parece que ha tomado cartas en el asunto y ya le ha dado un tirón de orejas a nuestro gobierno, puesto que esta práctica indiscriminada no es legal.