LLEVAN PENSANDO...

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8 de julio de 2011

MALDITAS CUATRO PAREDES


Aquella húmeda noche otoñal, tan típica de esa zona de Italia, cambiaría por completo su vida.

Nadie sabía como ella lo que era sentirse manejada, explotada... Carla malvivía completamente anulada por él, sometida a su voluntad soportando irremediablemente los abusos y la intolerancia a diario.


Nunca pudo hacer nada que le gustara, ni tan siquiera expresarlo, y lo que es peor, siempre estuvo obligada a hacer cosas en contra de su voluntad.



No quería ni oír hablar de él y mucho menos verlo; la manejaba a su antojo, usurpaba continuamente su personalidad imponiéndole sus pensamientos y poniendo en su boca palabras que no eran suyas.



Pero ya no aguantaba más, estaba totalmente decidida, de esa noche no pasaba. No podía permitirse desaprovechar la ocasión que se le había presentado. El momento había llegado, "su momento", el más importante de su vida en el que tomaría una decisión trascendental que le serviría para dar un gran paso adelante.


Ansiaba ser libre, salir de esas cuatro paredes y poder ver la luz del sol, sentir la brisa sobre su rostro, emerger de la absoluta oscuridad a la que estuvo sometida a lo largo de muchos, muchos años.


Allí fuera le esperaba un futuro, incierto, bueno o malo, pero era "suyo", por primera vez decidiría por si misma. 
¿Dónde iría?, ¿a qué se dedicaría?.... era consciente de que sería enormemente complicado y es que ella no sabía hacer nada más, siempre se había dedicado a lo mismo, además siempre le habían dictado lo que tenía que hacer y decir, nunca hacía nada por su propia voluntad. La dependencia de él era infinita. 



Esa noche se encontraba muy nerviosa y un tanto desconcertada, como perdida... Pero no había vuelta atrás, la decisión estaba tomada. La suerte está echada (pensó)...



Alargó uno de sus famélicos brazos hasta lograr alcanzar unas tijeras que por descuido él había dejado dentro del baúl y con gran dificultad fue cortando uno por uno los hilos que surgían de su cabeza, cuerpo, pies y manos. 
Después miró por última vez esas malditas "cuatro paredes" que se habían convertido en su hogar durante tanto tiempo. Pero era hora de mirar hacia delante. 



Carla por fin era libre...






Desafortunadamente existen millones de mujeres como Carla en este mundo, privadas de su libertad, de sus derechos, como marionetas...
¿Cuándo haremos algo?.
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