MOCITO, FELIZ POR UN MINUTO DE GLORIA

Desconocía una profesión nueva en el mundo de la televisión, el "chupacámaras", trabajo del que nuestro personaje del día ha hecho un arte. Inevitablemente y tras muchas horas de televisión ocupadas por el mismo tipo de programas, comencé a darme cuenta de que existía una persona que hacía aparición tras aparición compartiendo flashes y focos al lado de algún famoso por la calle. Al principio creí que era alguien contratado para publicitar algún producto, pero luego supe que se trataba de Mocito Feliz, friki entre los frikis. Una de las personas que, segundo a segundo, más aparece en los aparatos de nuestros salones. En cualquier entrevista a pie de calle que se le hace a un personaje conocido, si te fijas bien, en una esquinita de la pantalla siempre aparece él, omnipresente, ataviado con su periódico "El colectivo" sujeto con pinzas a su peculiar indumentaria. 

Por lo que he podido saber nació en Málaga hace unos cuarenta y tantos años y se desconoce la fuente de ingresos que le permite viajar por todos los puntos de España a la caza de algún famoso. Un hombre que dedica su vida a conseguir su momento de gloria en televisión, que lucha por arrancar un pedacito de plano a una cámara, que ansía estar un instante al lado de algún personaje famoso, en el centro de la noticia. Poco a poco, pasito a pasito, inasequible al desaliento, se va a abriendo camino en este concurrido submundo de los focos, para llegar a ser en un futuro no muy lejano más conocido que los famosos a los que chupa cámara insaciablemente. De momento ya tiene una canción, que no es poco.

Su figura es el mayor exponente del afán por ser reconocido, por destacar, por ser el centro de atención que, en mayor o menor medida, tenemos muchos seres humanos.

En una televisión donde Tamara y Margarita Seis Dedos tuvieron sus minutos de gloria, en un país donde se encumbra como "princesa del pueblo" a un títere barriobajero, Mocito lucha por hacerse un hueco, tener su espacio en este degradante mundillo irreal. La verdad, no creo que desentone ante semejante desfile de personajillos de tres al cuarto, hay hueco para todos y el maltratado estómago del espectador se ve con capacidad suficiente para "tragar" lo que le ofrezcan. 
Así es nuestra televisión, un medio en el que sales por no haber hecho nada en la vida, en vez de aparecer por lo que has hecho en ella.

Desde aquí reivindico ese momento de fama para hacer realidad el sueño de Mocito Feliz, hasta Jimmy Jump ha tenido el suyo. Jorge Javier, solicita permiso a la Esteban para que salga en su programa y así Mocito sea completamente Feliz...