No tengo intención de ocultar la realidad de este país, ni de ignorar los problemas laborales que sufren millones de personas, además mi punto de vista sobre la grave situación que atravesamos ya lo expuse en la entrada "¿TENGO YO LA CULPA DE LA CRISIS?"; hoy quisiera centrarme en el tema de la huelga, un derecho constitucional y necesario a veces como medida de presión para conseguir que los derechos de los trabajadores no sean vulnerados impunemente.
Pero a los convocantes de esta huelga general, así como de la anterior huelga de funcionarios, me gustaría decirles una cosa, como reza su propio lema: ASÍ NO. Así no, porque ha llegado demasiado tarde, porque apoltronados y subvencionados, nuestros sindicatos han estado haciéndole el juego al gobierno con su cómplice silencio hasta que no han tenido más remedio, para lavar su imagen, que verse obligados a dar una respuesta tardía e inútil, y más cuando todo está ya aprobado y nuestra política económica se encuentra teledirigida por la Unión Europea y el dueño del mundo, el señor Obama. NO, porque como a nadie se le escapa, aunque como siempre algunos no lo quieran reconocer, si hubiera estado un gobierno de otro signo la huelga habría sido muchísimo antes y las manifestaciones se hubieran multiplicado.
No hay que dudar de la necesaria labor de los sindicatos en un país democrático como el nuestro, aunque pienso que este modelo sindical requiere una profunda reestructuración, además de estudiar alguna alternativa de autofinanciación a las millonarias subvenciones estatales que reciben estas organizaciones y de establecer un control coherente del número de horas y liberados sindicales. Como muestra un botón... ¿por qué hay liberados sindicales de por vida? Conozco a gente que no ha llegado a trabajar nunca excusados por sus tareas sindicales.
Como decía anteriormente, esta huelga ha llegado tarde y mal. Las huelgas no se hacen así. ASÍ NO, sembrando el miedo, coaccionando, obligando por la fuerza. Sustituyendo la democracia por la ley del más fuerte. ¿Es necesario abuchear, insultar o zarandear en algunos casos a trabajadores y empresarios?, parece que tengamos la culpa de la crisis los que optamos por trabajar. En un Estado de Derecho se debe conciliar el derecho de huelga y el derecho al trabajo puesto que el mismo derecho que tienen ellos de hacer huelga, tienen los demás de no secundarla. Esta es la mal llamada a veces democracia que tenemos. Es como si en una jornada electoral pusiéramos una pistola en la cabeza a los ciudadanos para que votaran a un determinado partido político .
Curiosamente los líderes sindicales se han hartado de llenarse la boca diciendo, antes de que comenzara, que la huelga iba a ser un éxito... claro, que no sabíamos las armas que iban a emplear. Llaman éxito a cortar las carreteras de los principales polígonos industriales, o mandar piquetes informativos a intimidar, a quemar ruedas y demás... Es curiosa la expresión piquete "informativo", eso ya nadie se lo cree, que en plena sociedad de la información y con la tecnología que disponemos haya que estar el mismo día de la huelga, a pie de calle "informando", a los trabajadores en la puerta de sus empresas los motivos de la misma. Lo peor de todo es que la actuación de estos incendiarios piquetes de cara tapada es consentida en muchas ocasiones por las fuerzas de seguridad y que éste se convierta en un día especial en el que vale todo, hasta los actos vandálicos. Un "hipotético" éxito, (los datos del 70% no se los creen ni ellos), logrado a base de coaccionar a personas y restringir libertades, para mí no es tal éxito.
Así es este país, un país en el que reina la hipocresía, la España de los dos bandos, en la que si no perteneces a ellos, ya te obligarán a decantarte por uno y si finalmente no lo haces, lo hace la gente por ti. Un país en el que sólo con ver qué periódico lees, con qué cadena de televisión te entretienes o qué emisora de radio escuchas ya saben tu ideología política. Todo está politizado, y los sindicatos no iban a ser menos. La gran paradoja del sindicalismo, aliarse siempre con la izquierda, aunque ésta haya dilapidado el dinero público con políticas de izquierdas para luego intentar arreglar el desaguisado con restrictivas políticas de derechas. ASÍ NO-s va.
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