Tras un viaje de ida un tanto caótico, en el que por primera (y única) vez hicieron acto de presencia las esperas en la estación de tren, las obras en las vías y los transbordos descoordinados en autobús con un calor insoportable, llegamos a nuestro destino, la increíblemente bella ciudad de Dinant, una pequeña joya quizá no tan conocida de un país lleno de contrastes, y que se convirtió sin duda en la mejor sorpresa de nuestro viaje.
Si Brujas dicen que es una ciudad de cuento de hadas, en Dinant parece que estés dentro de un decorado o de un precioso cuadro, por más que contemplo las fotos que hicimos no termino de creer que ese paisaje sea real, es una ciudad de postal.
Dinant debes experimentarla y recorrerla por tierra, mar y aire, y hasta descubrir extrañas sensaciones nunca vividas, como la que nos deparó el curioso recorrido por el bunker en la recreación de las trincheras de la visita a la Ciudadela.
Disfrutaremos de un agradable Crucero por el río entre Dinant y Anseremme (duración: 45’, horario de 10 a 18:30h, precio: 6€), que nos proporcionará otra visión de la ciudad (hay varias modalidades de crucero)
Gozaremos de una experiencia de altos vuelos con la subida en Teleférico y la visita guiada a la Ciudadela, en la que obtendremos las mejores vistas de la zona y alrededores, y nos adentraremos en la Catedral o Colegiala de Notre Dame para admirar también su belleza interior.
En esta ciudad se puede pasar un día completísimo, puede que te falte tiempo si también quieres disfrutar de la Gruta de la Marveilleuse, el castillo de Freyr, la fábrica de galletas o la Casa de Adolphe Sax, ¿sabías que el inventor del saxofón es de allí?…
En Dinant, ciudad de la cerveza Leff y las galletas, recomiendo encarecidamente comer en La Taverne “Le Dinan”, en relación Calidad-Cantidad-Precio de los mejores locales que he visitado en Bélgica: Espaguetis con carne a la cerveza Leffe 9€, ensalada completa 7€, espaguetis boloñesa 8€, comer disfrutando de las impresionantes vistas del paisaje formado por el río Mossa... no tiene precio.
Por problemas técnicos no pudimos visitar la ciudad de Namur, capital de Valonia, aunque recomiendo ir, porque no sólo de Flandes vive el hombre…
Por problemas técnicos no pudimos visitar la ciudad de Namur, capital de Valonia, aunque recomiendo ir, porque no sólo de Flandes vive el hombre…
GANTE
Quizás Brujas se lleve merecida o inmerecidamente toda la fama, o puede que a priori sean dos ciudades en cierto modo “parecidas” (las comparaciones son inevitables), pero es innegable que Gante tiene un encanto especial que hace totalmente recomendable su visita llamándonos, a ser posible, a dedicarle todo un día en profundidad.
Una vez que el tranvía de la estación nos deja en la misma puerta del Castillo de los Condes de Flandes, el recorrido desde éste hasta la Catedral de San Bavón resulta fascinante, no sin antes disfrutar de un agradable paseo a lo largo de los muelles junto a los canales.
RECORRIDO
También se puede dar un paseo en barca por los canales, ver el Beguinage o dirigirse a De Dulle Griet o a Waterhuis aan de bierkant para beber una buena Kwak (la cerveza típica de la zona).
La nota negativa la dan las omnipresentes obras en las zonas más representativas que parece que en esta ciudad no vayan a acabar nunca.
MALINAS
Si tienes unas horas libres en Bélgica no dudes en acercarte a Malinas, tan sólo bastará una mañana o una tarde para descubrir una bella ciudad medieval apenas a 30 minutos en tren de la capital belga.
Lugares destacables: Grote Markt, Catedral, Beaterio e Iglesias: Santa Margarita, la de San Juan o la Iglesia de Onze-Lieve-Vrouw over de Dijle.
El mal tiempo y la fatalidad de estar todo el centro histórico “tomado” por diversos escenarios, gruas y vallas, debido a una serie de conciertos de días anteriores, nos privó de disfrutar plenamente de sus bondades.
LOVAINA
Pequeña ciudad que bien merece una visita matutina aunque sólo sea por contemplar su impresionante Ayuntamiento.
Destacables sus dos plazas: la Grote Markt, con el Edificio mesa redonda o Tafelrond, su bonita Catedral, rodeada cómo no de obras, y el espectacular Ayuntamiento en el que nos ofrecen visitas guiadas en varios idiomas por tan solo 2€, y la Oude Markt conocida entre los universitarios como “la barra más larga de Europa” por la sucesión de innumerables terrazas a lo largo de esta peculiar plaza.
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