Un pasito más, las semifinales se acercan, llega la hora de la verdad y a esta cita se presentan puntual y merecidamente cuatro selecciones históricas. Las cuatro que a mi juicio han desarrollado un mejor fútbol. Demos un rápido repaso a cada una y que Dios reparta suerte:
ITALIA: Esta Italia sí es bella, por fin este país se ha puesto a jugar al fútbol con alegría y ha dejado su lado más tosco, duro y rácano, para dedicarse al arte, que tan bien se le ha dado históricamente a este país.
Está perfectamente manejada por un genio entradito en años llamado Andrea Pirlo, su penalti en la tanda de cuartos contra la escandalosamente ultradefensiva Inglaterra, fue toda una declaración de intenciones, ese toque sutil, esa genialidad fue una bonita metáfora para plasmar una idea, un estilo por el que apuesta esta selección. Con su varita mágica puso boca abajo una tanda de penaltis que tenían cuesta arriba y facilitó el pase de su selección a la siguiente ronda. Sin duda ganó el fútbol y ganó con sus mejores armas.
Se presenta apasionante la semifinal Alemania-Italia, un partido entre dos gigantes históricos que están ofreciendo su mejor cara en este campeonato.
ALEMANIA: Otro equipo transformado de la mano de Joachim Löw, Alemania le ha aplicado toques de fantasía al clásico rodillo alemán. Ha encontrado el perfecto equilibrio entre la fiabilidad de la maquinaria alemana y los chispazos de inspiración de los Özil, Müller y compañía.
Solo falta por ver si han encontrado ya el antídoto anti-España que no lograron en el pasado Mundial, cuando después de haber asombrado con su juego durante todo el campeonato, se vulgarizaron como el resto de equipos al enfrentarse a la selección española.
De la imagen que ofrezca ante Italia dependerán mucho sus opciones de ganar el título.
PORTUGAL: En cierto modo a la selección portuguesa históricamente se le puede comparar un poco a la española, un equipo que siempre está ahí, que cuenta con magníficos jugadores, que suele desplegar un buen juego, pero que le ha faltado muchas veces esa pizca de suerte o de carácter para ganar los grandes títulos. Solo que esta vez tienen a Cristiano, él tiene la palabra, debe demostrar que es un verdadero jugador franquicia y que puede marcar las diferencias entre un equipo simpático y una selección favorita.
El pequeño inconveniente es que les ha tocado en semifinales la actual Campeona del Mundo y de Europa.
ESPAÑA: Aunque a veces da la sensación de que esta selección sería capaz de hacer mucho más de lo que hace, ganar los partidos con más suficiencia o dar más espectáculo, lo que está claro es que se ha convertido en un bloque muy fiable, tanto en defensa como en ataque. Parece como si no le hubiera hecho falta hasta el momento meter una marcha más y que le haya bastado para dosificarse milimétricamente.
Sabe explotar sus virtudes a la perfección e intenta esconder lo posible sus defectos. Con la posesión como mayor arma, reduce las posibilidades del equipo contrario al mínimo, prácticamente no les deja crear ocasiones (hasta ahora ha recibido un solo gol en todo el campeonato). Y lo mejor de todo, los rivales lo aceptan, saben de antemano el partido que se les va a presentar y renuncian a sus propias virtudes por la obsesión de frenar a los nuestros. Todos sacrifican el talento por el músculo.
Que sigan así, el fútbol lo pondremos nosotros...
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