Míralos, ya están aquí. No sé de dónde salen estos seres, pero al más mínimo rayo de sol, surgen de la nada. Durante ininterrumpidas horas se ofrecen al astro rey. Lo veneran, es como si recargaran su energía frente a él.
Son de un color encarnado, en muchos casos yo diría que de un rojo “gamba” y apenas cubren sus cuerpos con algo de ropa, y cuando lo hacen, las hembras lucen colores claros generalmente el blanco, usando los machos unos ropajes que no podría describir sin esbozar una sonrisa.
¿Ves? Por ahí va una pareja. Se comunican por medio de un ininteligible idioma, en forma de susurros, en un tono muy bajito, incluso sus crías emiten sonidos suaves, la verdad es que no molestan, parecen buena gente.
Observa, llevan todos una especie de avatar con el que dan puntuales paseos todos los días, incluso les hablan en ese extraño idioma.
Y ahí están, míralos, en sus guaridas, algunos parece que ni se muevan, son como gárgolas. Sólo percibo un ligero movimiento en sus manos para coger una especie de jarra, y beben, beben mucho, unos brebajes de unos colores muy extraños. Poco después se comportan de una manera rara, parece que suben algo el tono de su voz y ríen, ríen sin parar. Son felices.
Se agrupan, unen sus fuerzas en poblados, son como guetos, ponen nombre a sus guaridas y cuelgan de las paredes exteriores unos lagartos metálicos muy feos.
Creo que nos están invadiendo, una invasión pacífica, pero invasión al fin y al cabo.
Algunas veces me pregunto, ¿Qué hago yo aquí en medio de su poblado?, qué importa, se está tan a gusto…
Semana Santa 2010 en La Zenia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario