En otro momento hablé de palabras que, por circunstancias, se ponen de moda. Términos como “chapapote” y “pandemia” se quedaron con nosotros para siempre después de ser fruto de modas periodísticas.
En lo poquito que llevamos de mundial de fútbol, ya tenemos una nueva, “vuvuzela”. Ni Messi, ni Ronaldo, ni la selección española, la estrella de este mundial es la vuvuzela, artilugio molesto donde los haya que termina idiotizando estadios enteros. Se trata de una especie de trompeta que dicen que tiene su origen en los tradicionales cuernos sudafricanos (kudús), en Sudáfrica todo el mundo va con la suya debajo del brazo y se está convirtiendo en un auténtico infierno aguantar más de 90 minutos en un terreno de juego. Periodistas, futbolistas y telespectadores están sufriendo los estragos del estruendo provocado por estas armas del diablo. Hasta el punto de que nuestra selección ha decidido prohibirlas en los entrenamientos para que los chicos tengan la cabeza despejada.
Aun así la FIFA ya se conformaría con que las vuvuzelas se convirtieran en la única pesadilla organizativa, puesto que la inseguridad y los robos están a la orden del día en ese país. Es raro el hotel o miembro de una expedición que no haya sido asaltado por los amigos de lo ajeno. Si a esto añadimos el caos circulatorio que se produce al comienzo de los partidos, la falta de transporte público, (si exceptuamos las típicas furgonetas africanas en las que van hacinadas decenas de personas), y algún fallo de seguridad que he podido leer por ahí, no entiendo la elección de este país para organizar un evento de esta magnitud.
Aunque tengo la solución para reforzar la vigilancia, podríamos poner a los porteros de las distintas selecciones en las puertas de los hoteles, seguro que lo harían mejor de lo que lo están haciendo en estos primeros compases del campeonato. Lo de Inglaterra no tiene nombre, ya hablan de la maldición de los porteros, con ese tipo en la portería y con el juego desplegado no veo a la selección británica como favorita. Contemplando a los de Argelia, Australia y Paraguay…., no entiendo la absurda polémica que hay en torno a Casillas…, y es que cuando tenemos el mejor equipo de nuestra historia y el seleccionador menos polémico, no sabemos de qué hablar.
Si tuviéramos a Maradona no tendríamos esos problemas, estaríamos hablando días y días, por ejemplo de su imagen. El pibe pisó primero el césped en chandal y apareció al comienzo del partido con un traje digno de haber sido adquirido en su estancia en Nápoles hace años. Últimamente los banquillos parecen una especie de pasarela de moda, en la que parece que la fórmula del fútbol moderno sea: Ponga un entrenador glamuroso en el banquillo, su equipo jugará como los ángeles…
Si tuviéramos a Maradona no tendríamos esos problemas, estaríamos hablando días y días, por ejemplo de su imagen. El pibe pisó primero el césped en chandal y apareció al comienzo del partido con un traje digno de haber sido adquirido en su estancia en Nápoles hace años. Últimamente los banquillos parecen una especie de pasarela de moda, en la que parece que la fórmula del fútbol moderno sea: Ponga un entrenador glamuroso en el banquillo, su equipo jugará como los ángeles…
El ejemplo en este Mundial lo tenemos en el seleccionador alemán. Creo que por primera vez desde que tengo uso de razón encuentro atractivo el fútbol de Alemania, yo creo que se ha españolizado, ha dejado la sobriedad a un lado y ha apostado por el juego combinativo. En lo futbolístico, de momento, es lo que más me ha gustado, y no por golear a una selección tan pobre como la australiana, si no por el juego desplegado.
Nosotros a lo nuestro, dejemos las vuvuzelas y el glamour para otros, y juguemos como sabemos hacerlo...
Muy bueno.
ResponderEliminarMe encanta el comienzo haciendo la comparación con las otras palabras de moda. Como "chapapote" y el articulo ralacionado. Yo aporto como palabra de moda "aerolito", que tuvo su momento.
De acuerdo con Alemania. Cambio de estilo. A ver como le sale, por que la racaneria la hizo grande.