Para celebrar mi santo, la otra noche decidimos salir a cenar. Puesto que nos encontrábamos por la Zenia, no dudamos y nos dirigimos directos a nuestro sitio favorito, un restaurante noruego llamado "Ole Bull".
Nuestro gozo en un pozo, pues encontramos el local cerrado "de momento" como rezaba un cartel en la puerta.
Nuestro gozo en un pozo, pues encontramos el local cerrado "de momento" como rezaba un cartel en la puerta.
No tuvimos más remedio que improvisar y nos decidimos por el restaurante de al lado "Real India Villamartín", situado en el centro comercial "Los Dolses" de dicha urbanización de la costa de Orihuela.
No era la primera vez que lo visitábamos. Una noche estuvimos cenando en su terraza y sobre las 10 ya estaban recogiéndola entera, feo detalle por su parte, pero es que todos los locales de la zona están supeditados al horario "europeo" (por esa zona te sientes un extranjero más en tu propio país). Por lo tanto elegimos cenar dentro.
El restaurante está ambientado fielmente con detalles típicos de la India, el sitio es francamente bonito, aunque el detalle de las grandes banderas de todos los países colgadas en las ventanas, la verdad es que no dice mucho a su favor, por muy absorbidos que nos tenga el Mundial de Sudáfrica, y más si le sumamos el hecho de que en el restaurante no había ni un televisor para seguir los partidos.
El camarero nos recibe amablemente hablando inglés, cosa que no me preocupó, no ya por mi casi nulo nivel del idioma anglosajón, sino porque sabía que irremediablemente terminaría esforzándose y chapurreando algo de castellano para poder entenderse con nosotros.
Mientras elegíamos, nos sugirió si nos apetecía una cerveza, a lo cual no pudimos negarnos, esperando que la sirviera acompañada con algo de picar, cosa que no sucedió.
La comida india tampoco es que difiera mucho de la mediterránea, los ingredientes prácticamente son los mismos, las diferencias más apreciables están en el uso muy frecuente de todo tipo de especias y en ciertas salsas, por lo que la cena podría resultar un poco pesada para nuestro estómago si no estamos muy acostumbrados. En la carta se indica expresamente el grado de picante que lleva cada plato, cosa de agradecer sobre todo para los que no les guste.
A la hora de pedir hay que tener en cuenta que en este tipo de sitios los platos no son abundantes, por lo que podemos tender a quedarnos cortos. Así que asesorados por el camarero elegimos 2 entrantes y 3 platos acompañados por un pan con queso y ajo, en la carta disponían de diversos tipos de pan todos ellos muy apetecibles. Para beber, una botella de vino tinto de Rioja y agua sin gas.
Los entrantes estaban formados por un plato variado de fritos (rebozados) con una salsa y por unas gambas a la plancha servidas con un fondo de cebolla muy rico.
Los platos principales para compartir fueron un arroz frito especial (muy parecido al de los restaurantes chinos), para acompañar al "Lamb Tikka Masala" o cordero deshuesado marinado en yogur, ajo, jengibre y especias hindúes y al "Butter Chicken" o Pechuga de pollo al horno tandori en salsa de yogur y mantequilla.
Como ya es costumbre, nuestro organismo casi inconscientemente se organiza para dejar un hueco al postre y saciar así nuestra devoción por el dulce. Esta vez fueron sendos crepes de vainilla y triple chocolate, exquisitos.
En todo momento el camarero estuvo muy atento con nosotros interesándose a menudo por como se desarrollaba "nuestra experiencia".
Para finalizar un chupito sin alcohol cortesía de la casa mientras abonaba una cuenta que me hizo constatar la excelente calidad-precio de este restaurante.
Recomendable para paladares inquietos.
Recomendable para paladares inquietos.
Urbanización de Villamartín, Centro Comercial Los Dolses 145, 03189 Orihuela Costa - Tfno: 966 764 527
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