Desde hace unas semanas estamos viviendo en Murcia una situación, que si bien no tiene ninguna gracia, podría ser calificada cuanto menos de rocambolesca o esperpéntica, y a la que habría que tomar muy en serio pues a mi juicio es fiel reflejo tanto del clima social que se respira como del funcionamiento del "sistema" democrático en este país, en el que se están rebasando ciertas líneas que entrañan un peligro para la propia democracia. Me estoy refiriendo a todo lo que ha rodeado a la fatal agresión sufrida por el Consejero de Cultura y Turismo de la Comunidad Autónoma de Murcia, Pedro Alberto Cruz.
Ante todo quiero que no quede ninguna duda de que condeno absolutamente toda muestra de violencia y obviamente toda agresión cualquiera que sea su causa o víctima. Partiendo de esa base, y como del relato de lo acontecido han corrido ya ríos de tinta, quisiera hacer mi particular análisis de esta historia no desde el punto de vista del desarrollo de los hechos en sí, sino haciendo una pequeña reflexión sobre la participación en ella de cada uno de sus"personajes".
Pedro Alberto Cruz: Auténtica víctima del suceso, al que, por una vez, merece que no se carguen más tintas contra él pues ya ha tenido bastante y a quien, aunque cabría reprocharle algún comentario un tanto partidista vertido tras la agresión, es de justicia agradecerle la gran serenidad y cordura con la que está gestionando una situación para la que, como muy bien define él mismo, "uno no está preparado". Independientemente de estar más o menos de acuerdo o no con su gestión política, es cierto que da la impresión de que el más grave pecado que ha cometido este político es ser familia "lejana" de Ramón Luis Valcárcel, "Cruz" con la que cargará por lo visto toda su vida, y digo familia lejana porque paradójicamente, al que acusan de sobrinísimo, realmente ni lo es. Hemos de reconocer la brutal campaña existente contra él desde que tomó posesión como consejero hace unos años, dando la sensación de que cada cosa que hace o dice es analizada minuciosamente y criticada hasta la extenuación, convirtiéndose en el principal blanco de las iras de la oposición y dando forma a una especie de malvado monstruo mediático al que todo el mundo tiene el derecho de vapulear a su antojo.
P.P.: Es indecente, intolerable e indignante que un presidente de una Comunidad Autónoma inmediatamente después de cometerse la agresión, señale con el dedo a un sector de la política y por ende de la sociedad murciana, como verdadero responsable. No, no se puede hacer esta descarada utilización partidista de una agresión, no se debe hacer campaña electoral del victimismo, de la mentira y del continuo cruce de acusaciones. Ni por supuesto dejar entrever aunque sea de lejos, que todo esto es culpa del clima que se respira en la región desde que comenzaron las protestas por el tijeretazo del gobierno regional. Por otra parte resulta chocante que un senador de su partido declare haber "temido por su vida" por ser zarandeado al abrirse paso en medio de una protesta sindical originada como inmediata consecuencia de lo que fue un verdadero asalto a traición a los derechos sociales de 55000 personas.
Y no contento con todo lo expuesto se dedica a intentar boicotear las protestas con la intención de variar el itinerario de la manifestación del día 25 de enero con el único objetivo de que no pase frente a su domicilio en la Gran Vía, calle por la que han pasado todas y cada una no solo de las manifestaciones sino de los grandes desfiles o concentraciones masivas de la ciudad. Todo ello con el absurdo pretexto de la previsión hipotética de que se pudieran provocar alteraciones del orden público y más teniendo en cuenta que hay previsto un dispositivo de seguridad tanto de las organizaciones sindicales como de la Delegación del Gobierno que garantiza la seguridad de la concentración. Hay que recordarles a algunos que la manifestación no se dirige caprichosamente hacia la casa del presidente de la Comunidad, sino que la casa que se compró este señor está en la principal arteria de la ciudad que es la que se erige en testigo de cualquier acontecimiento de este tipo.
Estas cuestiones no sólo no ayudan absolutamente nada a apaciguar los ánimos sino que es añadir más leña al fuego. No Sr. Valcárcel, la crispación política viene de mucho antes y un poco TODOS somos culpables.
PSOE: El principal partido de la oposición tampoco ha ayudado mucho con comportamientos tales como: la incesante campaña contra el consejero desde prácticamente el inicio de su mandato, la inoportuna presencia de la señora Retegui a la que "pillaron" en medio de las primeras y más duras protestas "supuestamente" saludando a diferentes miembros de sindicatos el día de los "zarandeos" y las declaraciones del secretario general del PSRM-PSOE Pedro Saura apuntando que haya sido "posiblemente una agresión privada"....
Señores, tanto unos como otros, dejemos actuar a la policía y a la justicia en paz que es a quien verdaderamente le compete el asunto.
El detenido: La segunda víctima de esta desgraciada historia, convertido en chivo expiatorio y al que han vulnerado descaradamente sus derechos fundamentales, dando la sensación de que "alguien tenía que pagar rápidamente los platos rotos". Sinceramente a mi no me terminan de quedar totalmente claros los motivos de su detención, si fue por el simple hecho de ser de extrema-izquierda o por ser erróneamente reconocido en una foto.
Los periodistas: Cuya contribución a este despropósito y al enrarecimiento del ambiente ha sido esencial desde el mismo instante de la detención, proporcionando impunemente el nombre y los apellidos del detenido, su foto, ofreciendo todo tipo de información de su vida privada, datos personales, familiares...., alimentando la polémica y la confusión con un sinfín de informaciones contradictorias, facilitando la filtración de las investigaciones y emitiendo erróneos juicios de valor. Se han encargado de echar por tierra, en definitiva, el principio de presunción de inocencia a lo que lamentablemente nos estamos acostumbrando en este país.
La Policía: La actuación policial también merece comentario aparte, cabría preguntarse por qué fue la principal línea de investigación la posibilidad de la autoría por grupos de extrema-izquierda si los que actuaron no guardaban esa estética e iban a cara descubierta, por lo que es inevitable que se me venga a la memoria el señor Angel Acebes con sus líneas de investigación durante uno de los capítulos más lamentables de nuestra democracia.
Por último parece ser que se abre una nueva de estas líneas (que de confirmarse daría un vuelvo ostensible a la historia) que vincula la agresión con la vida privada del consejero.
El Delegado del Gobierno: tal es la presión que se ha ejercido sobre él con obsesivas exigencias de responsabilidad y reiteradas peticiones de dimisión por parte del partido popular en pleno, que ahora, aunque es totalmente condenable y repudiable cualquier acto de acoso o amenaza a cualquier persona, ha autorizado el uso de medidas propias de otras épocas tales como el rastreo de ips para perseguir comentarios injuriosos en los foros de internet. Con lo cual me pregunto, ¿qué comentarios se consideran injuriosos, los que van dirigidos tan solo hacia un sentido o se va a perseguir también a quien ha calumniado e injuriado utilizando partidariamente la agresión? ¿hay libertad de expresión en este país?.
Rubalcaba: Ha salido a la palestra hasta el nombre del vicepresidente primero del gobierno de la nación. ¿A consecuencia de qué? ¿por ser el responsable del ministerio de interior o quizás por ser el máximo favorito para sustituir a Zapatero como candidato por el PSOE en las futuras elecciones generales?.
Los sindicatos: a los cuales no se les debe en ningún caso responsabilizar ni acusar de nada, pero sí que es cierto que la reacción a estos recortes ha sido infinitamente más dura que la de los impuestos por el gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero, evidenciando una vez más que anteponen sus intereses propios a los de los trabajadores.
Los funcionarios de la Comunidad Autónoma: en el centro de todas las miradas, manejados a su antojo por los sindicatos y vilipendiados y socialmente agredidos por el gobierno regional. Señalados por gran parte de la sociedad como causantes de la crisis y puestos en el punto de mira por los diferentes gobiernos, la guinda del pastel la constituiría que se hiciera la más mínima insinuación, el más mínimo intento de criminalizar a dicho colectivo.
La Sanidad a la que tanto alaba ahora el Sr. Cruz, de la que forman parte los trabajadores que le han atendido, son los mismos a los que el gobierno al que pertenece ha ninguneado bajando sueldos, guardias y recortando derechos. Esos médicos son los mismos que estoicamente soportan una y otra vez todo tipo de agresiones en sus centros de salud (y aquí desgraciadamente nadie pone el grito en el cielo). Al igual que los maestros, que cuyo índice de agresiones en la región es verdaderamente preocupante y a los que se les vulnera sus derechos brutalmente también con las decisiones del gobierno regional.
La sociedad: Todos tenemos una importantísima ocasión el próximo mes de mayo para tomar un papel protagonista en todo este embrollo y reflejar nuestra disconformidad ante estos comportamientos en las urnas, y entre todos también tenemos la oportunidad, a la vez que la obligación, de poner algo de nuestra parte para aportar un poco de cordura y sentido común a fin de mejorar este ambiente y de que hechos como éste no se vuelvan a repetir jamás.